En la previa al inicio del Grupo G de la Copa Libertadores, se produjeron graves incidentes en el estadio Gigante de Arroyito entre los simpatizantes de Rosario Central y Peñarol de Uruguay que se encontraban ubicados en sus respectivos sectores.
Desde la bandeja superior, donde se alojaron los aficionados del Canalla, volaron algunos proyectiles hacia el sector bajo, ocupado por los fanáticos del equipo de Montevideo, y la agresión también surgió desde la bandeja al ras del césped. El personal de seguridad privada del estadio intentó frenar a los encolerizados hinchas rosarinos, que arrojaron las vallas de contención de hierro a la tribuna donde se concentraba el grueso de los visitantes.
Según lo reportado por los cronistas, el operativo de seguridad fue similar al de un clásico, con gran cantidad de efectivos policiales para custodiar los alrededores del estadio y los accesos de ambas parcialidades, ya que como se sabe, en los partidos de Copa Libertadores se permite la presencia de aficionados visitantes. No obstante eso, los micros que transportaron a los fanáticos de Peñarol tuvieron inconvenientes.
Los problemas no cesaron y tras el partido, ya desde la platea baja, un hincha de Rosario Central arrojó un proyectil y lastimó al futbolista de Peñarol, Maximiliano Olivera, quien se retiró al vestuario con su rostro totalmente ensangrentado. Ya en zona de camarines, se descompensó y tuvieron que llevarlo en ambulancia a un hospital cercano, donde le aplicaron varios puntos en la zona afectada. El periodista Germán García Grova confirmó que Peñarol evalúa realizar una queja formal ante la Conmebol.
Infobae
