Desde diciembre de 2021 que el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, la agencia espacial de los Estados Unidos, se encuentra estudiando una de las estrellas “supernovas” más reconocidas: la SN 1987A. Y es que está en la mira de los especialistas del organismo estadounidense, ya que es la que más información brinda acerca del desarrollo de estas estrellas.
Por estos días, el telescopio Webb logró capturar una impresionante imagen donde muestra la estructura central de la estrella, completamente llena de gases grumosos y polvo que se puede ver siendo expulsada tras la explosión del objeto espacial.
NASA: cómo se ve y qué dijo el organismo al respecto de la foto del James Webb
“Este polvo es tan denso, que ni siquiera la luz del infrarrojo cercano que detecta Webb puede penetrarlo, lo que forma el oscuro “agujero” en el ojo de la cerradura”, sostiene la NASA tras la publicación de la foto.
“El anillo ecuatorial, formado a partir de material expulsado decenas de miles de años antes de la explosión de la supernova, cuenta con puntos calientes brillantes, los cuales aparecieron cuando la onda de choque de la supernova golpeó el anillo”, dijeron en un informe. “Ahora se encuentran manchas incluso fuera del anillo, con emisión difusa a su alrededor. Estas son las ubicaciones de los choques de supernova que golpean más material exterior”, añadieron desde el organismo sobre la composición de la supernova.
El estudio de SN 1987A no es nuevo, pues los telescopios Hubble y Spitzer de la NASA y del “Observatorio de rayos X Chandra” han investigado a fondo la supernova. No obstante, la sensibilidad y resolución espacial de Webb revelaron una nueva característica en este remanente de supernova.
“Pequeñas estructuras en forma de media luna. Se cree que estas medias lunas son parte de las capas exteriores de gas disparadas por la explosión de la supernova. Su brillo puede ser una indicación del brillo de las extremidades, un fenómeno óptico que aparece luego de ver el material en expansión en tres dimensiones. En otras palabras, nuestro ángulo de visión hace que parezca que hay más material en estas dos medias lunas del que realmente puede haber”, según detalla la NASA.
