Yoga facial, la técnica de rejuvenecimiento que revoluciona las rutinas de belleza

En línea con la tendencia de verse y sentirse mejor de manera natural, y de “amigarse” con el paso del tiempo sin intentar detenerlo, la práctica del yoga facial fue ganando adeptos entre quienes buscan disminuir los signos del envejecimiento sin recurrir a técnicas invasivas.

Y si bien la técnica tuvo un boom en el último tiempo, se trata de una práctica holística basada en la medicina tradicional china que, entendida como un entrenamiento de los músculos del cuello, cráneo y rostro, no es nueva. Algunos historiadores incluso afirman que ayudó a Cleopatra a mantener su papada a raya.

Para la médica cirujana estética Johanna Furlan (MN 122.975), “el yoga facial es sin dudas un ejercicio fundamental y que complementa la rutina facial diaria ya que fortalece, tonifica, levanta y relaja los músculos faciales que son los sostenedores de la piel”.

En su opinión, “toda práctica saludable que se realice de manera constante es un hábito que merece formar parte de la salud del cuerpo”. Y teniendo en cuenta que la piel del rostro es la más expuesta a los factores externos durante todo el año, “amerita darle un cuidado 360″, consideró.

Así, según Furlan, “además del ejercicio físico en sí, el acompañamiento de los tratamientos que puedan realizarse en gabinete y de la rutina de cuidado de la piel que se lleve en casa, el yoga facial brinda la sensación de bienestar y es un aspecto no menor, ya que a través del masaje se logra una armonía con el cuerpo”. “Además, tener un espacio de tranquilidad, que requiere de una pausa y dedicación de tiempo a uno mismo, se traduce en nuestro rostro inmediatamente”.

Cuatro beneficios del yoga facial

Sobre los principales beneficios de la práctica, Furlan enumeró:

1- Relajación muscular: relaja los músculos donde se acumula tensión como puede ser el masetero en zona mandibular o entrecejo. Es por eso por lo que se considera que los masajes ayudan a atenuar líneas de expresión porque ayudan a liberar la tensión acumulada que genera esas arrugas.

 

2- Descongestión: a través de la activación del sistema linfático y la aplicación de maniobras de drenaje, logramos descongestionar el rostro y aliviamos la retención de líquidos que se concentran principalmente en zona de ojos y nariz.

 

3- Nutrición/oxigenación de tejidos: los masajes aumentan el flujo sanguíneo generando mejor circulación de nutrientes hacia los tejidos favoreciendo el funcionamiento celular.

 

4- Efecto lifting: una correcta maniobra muscular puede ayudar a reducir temporalmente el óvalo facial y a lograr que las facciones se vean más marcadas y la piel más sana.

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