Proponen declarar Monumento Natural a los monos aulladores en Misiones

Un proyecto de ley impulsa declarar como Monumento Natural Provincial a los monos aulladores, también conocidos como monos Negros o Dorados (alouatta carayá), para protegerlos y tratar de recuperar sus poblaciones frente a la caza furtiva, los brotes de fiebre amarilla y la deforestación que los llevó a ser una especie en peligro de extinción en la provincia de Misiones.

Según lo establecido por la Ley de Parques Nacionales, los Monumentos Naturales son «áreas, cosas, o especies vivas de animales o plantas, de gran interés estético, valor histórico o científico, a los cuales se les acuerda protección absoluta».

Los monos aulladores son parte de la fauna autóctona misionera y «es la especie de primates silvestres con mayor presión de captura ilegal con fines de mascotismo en Argentina», según argumenta el proyecto de ley presentado por el diputado misionero Rafael Pereyra Pigerl.

De acuerdo a la última categorización nacional de conservación realizada en 2019 para mamíferos argentinos, las poblaciones de monos aulladores carayá en Argentina «han sufrido una reducción poblacional del 10% en una generación (10 años) y se infiere una reducción para el futuro a 2 generaciones (20 años) de al menos 20%».

Por ese motivo, esta especie es categorizada como vulnerable y ya la Legislatura de Corrientes -otro de los territorios donde habitan estos animales- la declaró Monumento Natural.

«Como presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Medio Ambiente de la Cámara de Representantes me pareció muy importante declarar Monumento Provincial al mono Carayá Negro y Dorado, por ser una especie amenazada, tal como lo reflejan los datos estadísticos presentados en el proyecto», remarcó Pereyra Pigerl.

Y agregó: «El primate no estaba entre nuestras leyes de protección y como especie en peligro de extinción debe tener todas las protecciones que se le puedan otorgar, porque en Misiones, al ser el espacio territorial argentino donde existe mayor diversidad y uno de los mayores del mundo, tratamos de proteger todo lo que es vegetal como animal».

Indicó, además, que la decisión de presentar el proyecto de ley fue tomada a partir de los aportes de la doctora en Ciencias Biológicas Luciana Oklander y la subsecretaría de Gestión, Desarrollo Sostenible e Innovación del Ministerio de Cambio Climático misiones, Silvia Kloster.

Precisamente Oklander, primatóloga e investigadora del Conicet, precisó en declaraciones a esta agencia que «en la provincia hay dos especies de monos aulladores, el Carayá rojo que habita la zona del parque provincial Moconá (en el oeste) y el Carayá negro y dorado, llamado así porque las hembras son de color dorado y los machos adultos son de color negro, que están más en el sur de la provincia».

Según la especialista, la población de esta especie en Misiones es muy escasa comparado con otras provincias, debido a los cambios en su hábitat, ya que «los monos necesitan árboles para vivir, entonces que se hagan cambios del suelo, se deforeste o se tiren abajo montes hace que desaparezcan las poblaciones».

 

Otro problema que deben atravesar es que los toman como mascotas: «Capturan a las madres, que muchas veces se mueren en esas capturas, y también capturan a las crías que son los que venden en las rutas para mascotas», explicó.

Oklander dijo que la tercera dificultad que enfrentan, especialmente en Misiones, es que «son muy vulnerables a los brotes de fiebre amarilla que solamente llegan a esta provincia, enfermedad que los mata en muy pocos días y hace que su población disminuya considerablemente».

La especialista remarcó que la existencia de estos monos es muy importante porque, aunque no transmiten el virus, si se detecta que contraen fiebre amarilla «da una alerta temprana a los sistemas de salud para que lleguen a vacunar a la gente en estos lugares donde se ve que hay mortandad» de estos animales para prevenir una epidemia.

«La fiebre amarilla es una enfermedad que ataca a los humanos, la transmiten los mosquitos cuando pican tanto a los monos como a los humanos, los monos se mueren inmediatamente, mientras que los humanos si no están vacunados desarrollan la enfermedad», indicó.

Dijo que, si bien desde el 2009 que no ha llegado la fiebre amarilla a Misiones, el año pasado el brote procedente de Brasil llegó a 80 kilómetros de la Argentina, por lo que consideró que «es muy probable que en cualquier año puede llegar un brote a nuestra zona».

Oklander estudia a estos primates desde hace 20 años, inicialmente en las provincias de Corrientes y Chaco y desde hace una década en Misiones.

«Venimos trabajando con monos aulladores hace muchos años y viendo cómo podemos conservarlos debido a todas las amenazas que están teniendo últimamente y la idea de que sea Monumento Provincial está muy buena, así se le dará relevancia a estos animales que no solo nos avisan que viene la fiebre amarilla sino que también son regeneradores del bosque porque, al comer frutas y defecar las semillas, hacen que se generen nuevos árboles en otras áreas», explicó.

Los monos Carayá pueden vivir hasta 25 años, dependiendo siempre de las condiciones de la zona, y cuando tienen 5 años llegan a la madurez sexual y pueden comenzar a reproducirse. Tienen una cría por vez y por año, por lo que para la recuperación de las poblaciones se requiere de bastante tiempo.

«No hay un número específico de monos en la provincia, se saca más o menos un número por hectárea de bosques y se calcula que en Misiones hay un mono por hectárea de bosque en buenas condiciones, lo cual es una densidad relativamente baja», aseguró Oklander.

E insistió: «La desaparición de esta especie trae sus desventajas: menos regeneración de bosques y por otro lado no tener estas alertas de un brote de fiebre amarilla».

Télam

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