El cañadón, como el río, tiene 150 km de largo, 270 m de profundidad y 480 m de ancho; las barrancas, casi verticales, están formadas por relieves bajos y pendientes formadas por escombros y arena. El río Pinturas nace en Los Andes, en el macizo del monte Zeballos (2.743 msnm), al sur del lago Buenos Aires. En su primer tramo y hasta unos 100 km se llama Ecker; gira después hacia el norte en dirección al río Deseado para fluir a través del magnífico Valle del río Pinturas, o Charkamak, en su lengua original, que significa eso: ‘valle de pinturas’. En sus aguas abrevaban tropillas de miles de guanacos; estos grandes herbívoros se movían de las zonas altas de las mesetas, donde pasaban el verano, a los cañadones en los meses invernales. Y el ser humano los seguía: eran un recurso vital de amplio alcance.
La base para recorrer el área del cañadón es La Posta de los Toldos, hotel-refugio en plena estepa santacruceña sobre la RN 40, 57 km al sur de Perito Moreno, y punto de partida de los recorridos posibles. El descenso hasta el río demanda una hora; después de cruzarlo (hay pasarela), se debe subir por la pared opuesta para llegar a los aleros naturales que atesoran las pinturas rupestres. Todo el sector de la Cueva de las Manos –integrado al parque provincial homónimo– se visita con guía.
La Nación