Ya está visto que en la provincia de Tucumán, los empresarios del transporte automotor de pasajeros, hacen lo que quieren con “el público usuario”, y esto se debe a que los organismos de contralor, tanto municipales como provinciales prácticamente no tienen injerencia para el normal funcionamiento de los servicios.
Esta vez los usuarios peregrinan hasta las sedes de las empresas para tratar de obtener o renovar los abonos sociales que le ayuden a paliar la crisis económica obteniendo el descuento en el precio del boleto, eso si abonando, en forma anticipada, la cantidad de viajes, ya sea para ir a trabajar o a estudiar. En este peregrinar se dieron con la novedad que los abonos, que tienen como política las empresas de renovarlos del 1 al 10 de cada mes, no lo podían hacer antes del 5 del corriente mes.
Sin motivos aparentes y sin explicación alguna, los usuarios quedaban impávidos ante los mudos carteles dispuestos en los lugares de expendio de los abonos.
Obviamente que todo tiene una explicación que tiene que ver con la desidia de los empresarios que no quieren perder nada. Cómo el próximo sábado, 5 de agosto, entra en vigor el nuevo cuadro tarifario, entonces desde ese día se podrán renovar los abonos.
Te reducen las frecuencias, dejan de circular a la hora que se les antoja, unidades de más de 10 años, suciedad permanente, y ahora suspenden la venta de los abonos. Claramente todo esto sucede por la falta de controles por parte de las autoridades, tanto provinciales como municipales, que es aprovechado a pleno por los empresarios del transporte de Tucumán.
Párrafo aparte está la situación salarial de los choferes, ya que al no contar con el dinero de los abonos, los empresarios no estarían en condiciones de abonar los salarios del mes de julio, llevando a los nucleados en la Unión Tranviaria Automotor (UTA), seccional Tucumán, a amenazar con medidas de fuerzas si no abonan los salarios hasta el viernes.