Francia y el Resto de Europa reforman su sistema jubilatorio

La reforma jubilatoria es indispensable cuando nos comparamos al resto de Europa”, afirmaba en enero el presidente de Francia Emmanuel Macron. Desde que presentó su proyecto de ley, las comparaciones con uno u otro país europeo entran regularmente en el debate que recorre Francia, sea para justificarla o criticarla. La reforma Macron tiene dos pilares: el aumento de los años de edad jubilatoria de 62 a 64, de acá a 2030, y el aumento de los años de aportes de los 42 actuales a 43, también de forma gradual pero hasta 2027. No parece una reforma radical para merecer tal nivel de rechazo, que no se ha visto en otros países europeos que han iniciado sus reformas jubilatorias. Además, Francia ya tiene una de las jubilaciones promedio más altas de Europa. Tal vez los manifestantes temen que este beneficio se diluya con la reforma Macron y es este supuesto peligro lo que realmente les preocupa.

Las comparaciones, sin embargo, tienen sus límites. ¿Es verdaderamente pertinente comparar el “New State Pension” británico, fundado en una fuerte dosis de capitalización privada obligatoria, con el sistema de Francia, que privilegia el reparto? ¿O los países bálticos, para quienes más de un tercio de la jubilación está constituido por ingresos de actividad post-jubilación, y los franceses, que son los que menos trabajan en Europa una vez jubilados?

En algo coinciden todos los países europeos: todos tienen un sistema de reparto complementado con otro de capitalización. En Gran Bretaña y Países Bajos, las sumas administradas por los fondos de pensión o las cajas de jubilación privadas pesan por más de la mitad de los gastos totales del retiro. O sea que el sistema previsional es mayoritariamente privado en estas dos naciones.

Para comparar, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, se limita a tomar el ingreso neto promedio de los mayores de 65 años. Aparecen al frente Luxemburgo, Francia sale segunda y luego Italia y Portugal. Mientras que al final del pelotón quedan los bálticos y los checos, que padecen un rezago importante en relación al resto de su población cuando llegan a la edad de jubilarse. Esta naciones se incorporaron a la economía europea hace sólo 30 años, luego de la implosión de la Unión Soviética.

La mayoría de los países europeos han reformado sus sistemas de jubilaciones y pensiones o planean hacerlo elevando la edad de retiro, aunque con diferencias que oscilan entre los 67 años de Alemania y los 64 de la resistida reforma Macron en Francia. Pero casi todos permiten retirarse antes de la edad establecida, siempre y cuando se cuente con largas carreras laborales y los respectivos aportes. Que en el caso francés llegará a los 43 años aportados en 2027.

Respecto a la jubilación media, también hay diferencias por países: desde los modestos 487 euros mensuales de Portugal a los 1.509 euros de Francia,pasando por los 833 euros de Grecia, los 1.079 euros de Alemania, los 1.285 euros de Italia y los casi 1.300 euros de España.

El gasto medio europeo en jubilaciones y pensiones representó el 13,6 % del PBI en 2020, según datos de Eurostat, la agencia de estadísticas de la Unión Europea, si bien en Grecia (17,8 %), Italia (17,6 %), Portugal (15 %), Francia (15,9 %), Austria (15,3 %), Finlandia (13,9 %) y España (14,5 %) se situó por encima de esa media.

Según la ONU y todos los organismos internacionales de previsión social, la esperanza de vida en el planeta pasará de 71,7 años en 2022 a 77,3 en 2050. Y esa realidad, sumada a la considerable reducción de la natalidad en el último medio siglo, obligará a aumentar la edad de la jubilación, no sólo en Europa sino en todo el mundo. Argentina no está ajena a este fenómeno, que combina una caída de la tasa de natalidad y un aumento de la edad promedio.

“Si no se hace nada rápidamente para prolongar la duración de la vida laboral, en las próximas décadas asistiremos a una reducción de los niveles de vida. Debido al envejecimiento de las poblaciones, habrá cada vez menos personas en edad de trabajar para financiar la jubilación de cada vez más ancianos”, advierte la OCDE.

Alemania eleva la edad de retiro a 67 años, contra solo 64 de Francia. España exige más de 37 años para jubilarse

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