No sé si saben pero es mi primer show propio, y la verdad que es muy emocionante para mí que haya tanta gente. No…no sé, no me salen las palabras, les juro que estoy muy emocionado”, decía Bizarrap en una mezcla de nervios y emociones gigantes minutos después de cerrar su primera noche en el Hipódromo de Palermo ante 20.000 personas. A cinco años de haber comenzado con las sessions, una noche confluyeron las ansias, las expectativas y la emoción de cada una de esas tardes de miércoles en las que cada fan esperaba la hora exacta para que saliera una nueva. Toda esa mezcla de sentimientos se tradujeron en esta cita inolvidable que marcará un antes y un después.
Entre una nube de humo y luces, mientras algunos fuegos artificiales salían despedidos al cielo, el productor se hizo presente en la noche porteña. Enseguida empezó a sonar el beat de una de las session más escuchadas, la número #36 de Nathy Peluso. A partir de entonces el tiempo pareció no avanzar.
Con un show único de 360°, el artista que es profeta en su tierra comenzó un espectáculo histórico que será bisagra en la escena musical. Desde un escenario imponente y un sonido envolvente que hacía vivir la experiencia desde cualquier lugar del campo unió éxito tras éxito. Siguieron las Music Session de L-Gante, Ptazeta, Eladio Carrión, Chucky 73, Morad, MHD y Residente.
No importaba desde donde se viera o se escuchara, la experiencia visual y sonora hacía que cualquier punto del predio fuera excelente.
En el centro del escenario, dirigiendo la fiesta, se encontraba Bizarrap. Con su clásica gorra negra, sus lentes y su camperón arengaba la noche. Con una mano en su consola y la otra alentando para saltar cada vez más alto, el productor siguió con Dani, Aleman, YSY A, Polimá Westcoast, Villano Antillano y la más reciente de todas, la de Arcángel.
El reloj marcó las 22 horas cuando Bizarrap recibió al único invitado de la noche, Duki.
Duki tuvo unas emotivas palabras para Bizarrap y el público: “Gente, gracias por el amor, gracias por el lugar, gracias por el respeto, gracias Argentina, gracias Buenos Aires por criarme y verme nacer. Bizarrap hay uno solo y es argentino”. A lo que enseguida Biza respondió: “Siempre te lo digo, para mi este es el número uno y es lo más grande que hay el Duko, te amo Dukito”.
Ante un Hipódromo de Palermo colmado, cada session marcaba cada paso que dio Biza en su carrera y cómo un joven pudo hacer historia en la música. Empezó editando videos en la computadora, años después se enfocó más en el sonido que en lo visual. Así, a los 13 años empezó a componer música.
La noche también tuvo lugar para los homenajes de la Selección Argentina, por la obtención de la tercera copa del mundo, y hasta para Lionel Messi.
Para afirmar aún más este camino y dejar en claro que nada le vino de arriba, Bizarrap cerró la noche mostrando que nunca conoció límites. Ese mensaje lo dieron las session de Shakira –trabajo que ingresó al Récord Guinness por todos los récord que rompió– y la de Quevedo, dos éxitos mundiales que muestran de qué es capaz Bizarrap.
“Muchas gracias, no tengo nada más que agradecerles a todos por estar acá. Para mi es un sueño todo esto que estoy viviendo y gracias por acompañarme, en serio. Yo nunca soy muy expresivo pero de verdad estoy muy emocionado, contento de que estén todos acá, muchísimas gracias. No tengo palabras”, cerró el artista en una mezcla de emociones mientras miraba al cielo y luego recorría con una expresión atónita al público, mientras la gente coreaba: “Olé, olé, olé, olé, Biza, Biza”.