No se trata solamente de evitar exponerse demasiado cuando vamos a la playa. Se trata de la importancia de cuidarnos todo el tiempo porque podemos vernos afectados por las radiaciones estando incluso dentro de la casa u oficina. Y no, no se trata de una exageración.
Bajo techo también hay que cuidarse
Es sabido que al aire libre estamos expuestos a la radiación solar. De hecho el 90% de la radiación ultravioleta atraviesa las nubes; la nieve la refleja hasta en un 80%; la arena refleja hasta el 15%; y entre las diez de la mañana y las dos de la tarde se recibe el 60% de la radiación, pero estando a la sombra también tenemos riesgo de recibir radiación.
Padilla explica que aquellas personas que trabajan bajo techo, o que están dentro de su casa, reciben de entre un 10% y un 20% de la radiación ultravioleta; pues los cristales de las ventanas son vulnerables dejando pasar hasta 90% de las UVA. De allí la importancia de usar protección solar dentro y fuera.
Con respecto a la iluminación artificial, las lámparas fluorescentes también producen radiación ultravioleta, mediante ionización de gas de mercurio a baja presión, emiten ondas electromagnéticas que inciden sobre nuestra piel. Igual pasa con los bombillos ahorradores, que también pueden producir algo de daño, dice el médico y agrega que las pantallas de las computadoras no generan una radiación que pueda afectar nuestra piel. “Pueden generar algo de calor, es decir radiación infrarroja, pero no luz ultravioleta que es la que más nos daña”.
En la cocina, también debemos protegernos, porque el resplandor generado en los fogones incide sobre la piel, lo que significa que puede mancharse o incentivar el fotoenvejecimiento cutáneo.
De manera que, más que una recomendación de belleza, es necesario usar protector durante todo el día, sin importar dónde estés. “El protector solar químico absorbe la luz ultravioleta para que no llegue directamente a la piel; y los protectores solares físicos, reflejan la luz para que no penetre. Sin embargo, hay que decir que a través de los hilos de la ropa pasa 40% de la luz UV, es decir no estamos protegidos si estamos vestidos, quizás el jean es el que más protege porque es muy cerrado el tejido”, puntualiza Padilla.
Dato de color
El doctor Padilla cuenta que en muchos países de Latinoamérica existe un dispositivo ideado para alertar a la comunidad acerca de los niveles y peligros de la radiación ultravioleta de manera sencilla. Se trata del solmáforo, creado por el físico chileno Ernesto Gramch.
Este aparato avisa y recomienda la manera en que debemos cuidarnos según el nivel de radiación y a través de cinco colores: verde, muestra que el riesgo es bajo; el amarillo, muestra un nivel de radiación moderado; el naranja es alto, el rojo muy alto, y violeta es extremadamente alto, es decir, que no debemos salir.
La recomendación esencial es, entonces, el uso diario de protector solar, preferiblemente con un factor de protección solar de 50 o más. No es mito, es salud.