El jueves a las 23H59 (03H59 GMT del viernes) expira el llamado Título 42, una norma activada durante la pandemia que hacía casi imposible pedir asilo, pero la administración del presidente demócrata, en previsión de un aumento del número de llegadas de migrantes, ha intervenido para garantizar “una migración ordenada”.
“Aquellos que no usan vías legales para entrar en Estados Unidos no son elegibles para el asilo”, explicó este miércoles en rueda de prensa el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, al dar cuenta de una nueva regla que entrará en vigor en cuanto se levante el Título 42.
A medida que se acerca la hora aumenta la tensión del lado mexicano de la frontera.
En el río Bravo se han multiplicado los cruces de personas en colchones inflables convertidos en improvisadas lanchas, constataron periodistas de la AFP.
Y una vez en territorio estadounidense cientos de personas acampan con la esperanza de sortear la valla metálica por miedo de que a partir del viernes sea más difícil.
Jimmy Muñoz, un ecuatoriano de 29 años, logró entrar pero tiene frente a él un alambrado de púas y la valla de unos 4 metros de alto.
“Tengo la esperanza de poder quedarme en este país”, declaró a un equipo de la AFP en Brownsville, Texas, antes de acceder al punto de control donde se decidirá su suerte.
Los migrantes “no elegibles” serán deportados a no ser que demuestren “un temor razonable de persecución” en el país al que van a ser expulsados, recalcó Mayorkas. Les queda la opción de impedirlo pero en “circunstancias muy limitadas”.
El gobierno obliga por tanto a los migrantes a pedir cita para el asilo a través de la aplicación móvil CBP One o a tramitarlo en países por los que transitan para llegar a Estados Unidos, por ejemplo acogiéndose a un permiso de reunificación familiar o a un programa que autoriza la entrada de 30.000 personas por mes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití por motivos humanitarios.
Tucumán Noticias