Carolina Pampita Ardohain también está presente en Blanca, la niña que quería volar, el libro que publicó su expareja Benjamín Vicuña para homenajear a su pequeña hija, trágicamente fallecida en 2012 a la edad de 6 años a causa de una septicemia. Y, en cierta forma, también para hacer catarsis ante tanto dolor sufrido.
En sus páginas, el actor incluyó algunos conmovedores textos inéditos que la conductora escribió poco después de que su hija mayor falleciera. “Comparto unos textos íntimos y entrañables que escribió Carolina pocos meses después de la partida de nuestra niña y que generosamente me cedió”, explicó el autor en el final del libro.
El título del capítulo en el que aparecen las reflexiones de Carolina se titula “Blanca” y conmovió a todos los que lo leyeron, porque es la primera vez que se conoce un texto de Pampita dedicado a su pequeña hija. “No hay día en el que no me sienta desesperada. Las lágrimas no se acaban y los gemidos de dolor tampoco. Es como si el tiempo se hubiera detenido y mi cuerpo se moviera, pero mi alma estuviese estancada en el fondo de un pozo ciego”.
“Mi Blanca hermosa, me vuelve a la mente tu dibujo volando con alas y los corazones que iluminan. ¿Qué quisiste decir? ¿Acaso sabías que te irías? ¡Cómo no lo supe! Te hubiese besado y retenido entre mis brazos sin soltarte, desafiando hasta a Dios si hubiese sido necesario”, continúa.
“No sé cómo haré mañana para salir de la cama, ni sé cómo lo logré esta semana, cómo converso con la gente y cómo cuido a Beltrán”, agregó la modelo, haciendo referencia a su hijo menor en el momento de la tragedia, quien cumplió 3 meses cuando falleció Blanca.
A continuación, Carolina escribe: “Las fotos de ella me matan, pero también me encantan. Las que tengo en el teléfono las miro todo el tiempo… Estaba tan grande y hermosa. El último tiempo no paraba de admirar esa belleza en la que se estaba convirtiendo. ¡Se lo dije tanto en el viaje a México! Y también en la clínica los primeros días”.
En otra parte del capítulo, Pampita hace referencia a su primera visita al cementerio: “Leí su nombre escrito una y otra vez: Blanca Vicuña Ardohain. Tardé un rato en reaccionar y empezar a llorar, pero cuando empecé fue como explotar por dentro”.
“Este libro es un tributo a mi hija y una expresión desbordada y honesta de la experiencia que me tocó vivir. Una tragedia que me atravesó como un rayo y me dejó vacío. Me costó años asimilarla y de alguna manera sigo transitando el desierto, pero seguí viviendo”, resumió días atras el chileno en el libro.
“En estas páginas hablo acerca de mi niña y mis pesares. También de las herramientas que me sirvieron para iluminar noches oscuras. Espero que puedan servirle a alguien. Que quienes están atravesando una pérdida, sufriendo o acompañando un duelo, puedan encontrar algo de alivio y esperanza. Una pequeña luz en mitad del océano cuando no vemos la orilla”, completó.