“Era una situación que sabíamos que podia llegar a pasar. Cuando tenes una presión epidemiológica significativa, como la que tenemos este año, con la presencia del mosquito, la gran circulacion de personas y el cambio climático, era algo que lamentablemente sabiamos que podía pasar y pasó”, aseguró el funcionario.
Tucumán es uno de los distritos que más casos aportó al registro nacional, con prácticamente 2000 casos semanales. Esta cifra, explicó Medina Ruiz, se debe en parte a la metodología utilizada para el diagnóstico y registro de los casos. “Comparativamente uno puede relacionar la cantidad de casos de Tucumán con otras provincias, pero estamos tomando como número total los casos confirmados por laboratorio y todas las personas relacionadas a ellas. Cualquier persona que tiene sintomatología proveniente de barrio sur se lo considera como caso positivo”.
Además, explicó que al hacer más calor, esto provoca que el virus se reproduzca más rapidamente y que el mosquito se reproduzca más rapidamente en el agua.
Como dato significativo para entender el por qué de la gravedad de la epidemia, resaltó que se trata de un serotipo de dengue que no había estado nunca en circulación. “El DEN2 es la primera vez que la tenemos en Tucumán. En la epidemia anterior del 2020 teníamos DEN1 y DEN4. Esto hace que todos los que han tenido dengue en la epidemia anterior puedan volver a contagiarse. Esto hace que todos los tucumanos seamos suceptibles al contagio”.
Y aclaró que se trata de un patógeno más virulento, que produce cuadros de deshidratación por vómito y diarrea con mayor velocidad y fiebre alta más prolongada. Además, entre el 60 y 70 por ciento de los casos manifiestan descenso de plaquetas, lo que genera mayores riesgos de hemorragia.
En este sentido, alertó que algunos médicamentos de venta libre, como las aspirinas o el diclofenac, entre otros, actuan sobre las plaquetas, por lo que tomar cualquiera de estos medicamentos puede favorecer hemorragias. “Se debe tratar con hidratación y paracetamol. Lo más recomendable es mucha agua y sales de rehidratación”, agregó.
Por último, subrayó que el virus también puede generar shock hipovolémico (afección de emergencia en la cual la pérdida grave de sangre o de otro líquido hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo) y que afecta a población joven. “El virus ataca el endotelio, la parte más íntima de los vasos y produce extravasación, lo que produce una baja de presión importante. Esto hay que prevenirlo con una estrategia de hidratación adecuada”.
Como prevenir
En cuanto a la estrategia para la erradicación de la epidemia, remarcó que se debe fumigar para matar al mosquito volando y eliminar cualquier recipiente que sirva de criadero. “Es el verdadero acto efectivo. Esa es la tarea específica que tenemos que realizar entre todos”, sostuvo.
Se recomienda:
Usar prendas con mangas largas y pantalones largos si se van a desarrollar actividades al aire libre.
Usar repelentes sobre la piel expuesta y sobre la ropa, con aplicaciones cada 3 horas.
Utilizar espirales o tabletas repelentes en los domicilios.
Evitar, en la medida de lo posible, la exposición al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, los momentos de mayor actividad del mosquito.
En el caso de los niños, se recomienda proteger las cunas o cochecitos con mosquiteros tipo tul al permanecer al aire libre, siempre y cuando éstos permitan una correcta ventilación.
Estar atentos a la aparición de síntomas como fiebre, dolor de cabeza –en especial en la zona de los ojos–, dolores musculares y articulares, erupciones, náuseas y vómitos, y consulten rápidamente al médico para descartar que se trate de un cuadro de dengue.
En el domicilio:
Mantener bien tapados todos los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico.
Rellenar los huecos en árboles, tapias y paredes con cemento.
Eliminar el agua estancada de recipientes, charcos, blocs de construcción y otros objetos.
Tapar muy bien los tanques de agua y cisternas para que no entre el mosquito.
Sustituir con tierra o arena el agua de los floreros y macetas del hogar.
