El siniestro se desató la noche del lunes en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) de esta ciudad del estado de Chihuahua, ocupadas por decenas de hombres mayores de edad provenientes de Centroamérica y Sudamérica.
“Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron, a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia diaria.
“Como protesta, en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego, y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”, agregó, al confirmar el número de muertes.
El canciller guatemalteco, Mario Búcaro, confirmó que 28 de los fallecidos son ciudadanos de su país y dijo que el gobierno trabajará para castigar a los responsables y reparar a los familiares.
Por su parte, la Fiscalía General de México, citando al INM, reportó que entre “los migrantes identificados” también hay 13 hondureños, 12 venezolanos, 12 salvadoreños, un colombiano y un ecuatoriano, sin diferenciar entre muertos y lesionados.
Los heridos, algunos de ellos graves, fueron trasladados a cuatro hospitales, según las autoridades, mientras el INM coordina con funcionarios consulares de diferentes países para identificar a los fallecidos.
La tragedia generó múltiples expresiones de pesar. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió una “investigación exhaustiva” del evento, según su portavoz Stephane Dujarric.
En tanto, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, lo consideró “un recordatorio de los riesgos de la migración irregular”, de acuerdo con un comunicado.
– “No te dicen nada” –
El fuego en el centro de detención se inició en la zona donde son albergados los extranjeros sin papeles.