El Ministerio de Economía realizará este jueves un nuevo canje de deuda en pesos con el objetivo de postergar buena parte de los vencimientos que caen de acá a mitad de año (que totalizan unos $7,5 billones), con la intención de recomponer la confianza de los mercados. Para ello, contará con la fundamental participación de los bancos, que serán los principales actores de la operación.
Según pudo averiguar Ámbito entre operadores, se espera que el nuevo intercambio tenga una adhesión de entre el 60% y el 65%. Un 50% será de la deuda intra sector público, por lo que el restante provendrá del sector privado. Si supera ese porcentaje podría considerarse un gran éxito del ministro de Economía, Sergio Massa.
Entre los funcionarios del Palacio de Hacienda se anticipa que el grado de adhesión va a ser más “moderado” que en anteriores convocatorias, entre otras cuestiones, porque en esta ocasión el armado despierta más interés entre las entidades financieras que lo fueron negociando con el gobierno durante dos meses.
Los otros actores de importancia en el mercado, los Fondos Comunes de Inversión (FCI), sobre todo los “money market”, van a entrar de manera acotada, si es que lo hacen. Un operador de fondos t +1 le comentó: “Nosotros no vamos a entrar porque estamos operando en plazos muy cortos”. Para los FCI, que reciben dinero de sus clientes por períodos que no superan el mes, no tiene sentido pasarse de letras cortas a papeles que vencen en dos años. “Vamos a seguir operando con lo que no haya entrado al canje”, explicó.
Javier Bolzico, presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) dijo, en tanto, que “si este canje es exitoso, como parece que será, despeja la incertidumbre, estira el horizonte y da tranquilidad que la deuda se va a pagar”. ”Nadie quiere la Espada de Damocles de ver si cada tantos meses el gobierno va a poder o no refinanciar sus deudas”, afirmó.
El gobierno buscará canjear 10 títulos que vencen entre marzo y junio. Son 4 Ledes, 3 Lecer, 1 Boncer, 1 dólar linked y 1 bono dual. A cambio pone sobre la mesa dos canastas: una compuesta por tres nuevos Boncer que vencen en abril y octubre de 2024, y febrero de 2025; y otra igual, pero que reemplaza el Boncer más corto por un bono dual. La licitación se define por precio, por lo que no es posible determinar una tasa de interés con anticipación.
Según estima la consultora 1816, un 49% de las tenencias de los 10 bonos estarían en manos del propio estado, un 21% entre los bancos, un 11% en poder de los FCI y un 5% entre las compañías de seguro. Estima que si las entidades financieras canjean la mitad de lo que tienen, las aseguradoras el 35%, los Fondos el 25% y el resto de los inversores el 15%, se llegaría a un total de 66%. “Si ese fuera el caso, el stock de títulos incluidos en la operación bajaría de $7,5 billones a $2,6 billones”, señala 1816.
La consultora indica que dadas las características de la operación, es posible que haya hasta 20 precios de corte, pero plantea que, si se toman de referencia el precio actual de los Boncer 2024 en el mercado secundario que oscila entre 9% y 9,5% más inflación, los nuevos estarían saliendo con tasa de dos dígitos.
Por otro lado, el informe advierte que aun en la hipótesis de que hubiera un 100% de adhesión del canje, la incertidumbre sobre la deuda en pesos no desaparecería, al recordar que la crisis de junio del año pasado que determinó la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía no se desencadenó por los vencimientos en sí mismos, sino porque los tenedores de letras decidieron venderlas en el mercado secundario. Esa posibilidad seguiría existiendo incluso con una nueva progresión de vencimientos mejor que la actual.