Después de dos años de convivencia, Rodolfo Barili y Lara Piro se convirtieron en marido y mujer. La relación que se inició un poco antes de la pandemia, tuvo un feliz desenlace primero con la celebración de la unión civil entre el periodista y la abogada la semana pasada y luego, en la noche del jueves, con un festejo soñado en un salón de eventos ubicado al lado del río, en la localidad de Tigre.
Si bien este romance salió a la luz a principios de 2020, tras unas fotos de Lara y Barili en las playas de Cancún, el vínculo entre ambos venía de un tiempo antes. “Estamos muy bien, muy enamorados. Es una historia así como muy loca, considero que es una bendición de Dios, es un encuentro divino. Ninguno de los dos lo esperaba, creo que fue realmente una bendición, con una herramienta que fue una amiga en común que nos encontró. Estamos muy bien, los dos tratamos de cuidar nuestra vida privada, a nuestros hijos”, comentó Lara al inicio de su relación.
La abogada tiene un único hijo, Ladislao, y según ella misma se define en sus redes sociales: “Soy mamá de Ladislao, mi razón de existir; abogada; amante de mi profesión; acuariana pura cepa: amiguera y celebrante de la vida”.
Rodolfo, que siempre mantuvo un perfil bajísimo, confirmaba que a raíz de la cuarentena -que lo llevó a pasar más tiempo con sus dos hijos- eligió compartir el mismo techo con su futura esposa. “Me fui a convivir con Lara y con su hijo”, confirmaba sobre una de las mejores decisiones que sin dudas tomó ese año.
En febrero de 2022 el conductor decidió comprometerse con su novia y organizó la entrega del anillo con bombos y platillos: recurrió a un drone para darle el obsequio y, para brindarle aún más romanticismo, no escatimó en luces ambiente y música para conseguir el marco ideal.
En el anochecer de este jueves, con un día caluroso, la pareja llegó en un auto blanco descapotable al salón de fiestas ubicado al lado del río, en Tigre. Allí se encontraron con cientos de amigos y familiares, y en especial con sus hijos. Por su lado, Rodolfo tiene dos hijos de su matrimonio anterior, Dante y Benicio, quienes se mostraron muy divertidos sacándose selfies en el jardín.
Lara, feliz y distendida con el cabello suelto en un peinado semirecogido por detrás, lució un vestido blanco con detalles bordados en la parte superior y en los breteles, levemente entallado al cuerpo, con una cola en gasa al tono. Con un rosario en la mano, la novia llevó un ramo de flores blancas y muy simples, en composé con la flor blanca que llevaba el periodista en su solapa.