Es sabido que los amigos, las parejas y los entornos sociales en los que nos sentimos a gusto funcionan como un bálsamo en medio de las dificultades que afrontamos diariamente. Sin embargo, los beneficios de estar acompañado tienen un alcance mucho mayor: la salud. Recientemente, un estudio científico realizado por expertos del Centro para el Envejecimiento Cerebral Saludable (CHeBA) de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney, postuló que vivir con otras personas y participar en grupos comunitarios se asocian con una mayor longevidad, con un deterioro cognitivo más lento y, por ende, con una mejor calidad de vida.
“Descubrimos que compartir un hogar con una o más personas y la participación semanal en grupos colectivos tuvo los resultados más sólidos en todos los estudios, lo que indica que estos factores son componentes fundamentales en el vínculo con un menor deterioro cognitivo. También identificamos una relación entre nunca sentirse solo y una tasa más lenta de deterioro cognitivo”, indicó el profesor Henry Boradty, uno de los autores del estudio.
Para llegar a estos resultados, los científicos australianos observaron los vínculos de aproximadamente 40.000 personas a través de los datos de 13 estudios internacionales. “Nuestro objetivo era investigar la asociación entre varios marcadores de conexión social y la tasa de cambio anual en la cognición. Teníamos datos longitudinales de seis continentes, por lo que este es el análisis más representativo realizado hasta ahora sobre las conexiones sociales y el deterioro cognitivo. También examinamos cada variable de conexión social individualmente para comparar sus impactos en el cerebro”, precisó el doctor Suraj Samantani, otro de los especialistas a cargo de este trabajo, que fue publicado en The Lancet Healthy Longevity.
El médico clínico Luis Cámera (MN 51995), consideró que “El hecho de estar acompañado es una estimulación cognitiva que ayuda a retrasar la aparición de la demencia y, en caso de que ésta aparezca, hace que su curso sea un poco más lento porque se prolonga la vida útil de nuestro cerebro. La socialización con otras personas previene también la depresión, que en sí misma es bastante nociva para las neuronas porque acelera los tiempos de una demencia y está muy asociada con la soledad”.
En segundo término, el doctor precisó que las neuronas cerebrales “son entrenables, y uno las puede mantener en funcionamiento con la socialización: estar con alguien sirve para mantener el estado anímico y la cognición porque voy dialogando, pregunto cosas, escucho lo que me dice el otro. Es como hacer un poco de gimnasia cerebral y mantener el cerebro activo, que no quiere decir sobresaturado”.
De este modo, la investigación científica tiene una prueba más para que el mundo avance en conexiones sociales que alivien la soledad y sean beneficiosas, especialmente, para las personas mayores. Según Cámera, “la sociedad tiene que colaborar porque al llegar a determinada edad a los grandes les dan un carnet de viejo y hay gente que no se quiere relacionar con ellos”. En ese marco, “vivir solo no es bueno ni saludable porque hace que uno se deprima, que abandone su salud y que pierda su estimulo cognitivo, con lo cual el envejecimiento se acelera”.
Para cerrar, el profesional remarcó que los seres humanos “somos animales de grupo y de manada, por lo que la pérdida de eso es nociva no sólo para la cognición”. ¿Por qué? Porque en un contexto de soledad pueden aparecer, por ejemplo, úlceras gástricas o descompensaciones por diabetes: “Todas las enfermedades empeoran cuando uno está solo”.
Por su parte, la psicóloga Sol Buscio (MN 71610) analizó la importancia de las relaciones sociales. “Todos tenemos distintos tipos de cuidados para llevar a cabo. Uno de ellos es el cuidado social: las personas que nos rodean y de las que nos nutrimos a lo largo de nuestra vida. Obviamente que los vínculos pueden ir mutando de alguna manera, pero las elecciones que voy haciendo van a aportar a mi bienestar”, dijo.
De acuerdo a la visión de Buscio, “somos seres sociales y necesitamos de un otro sí o sí para poder vivir y sobrevivir”. Por lo tanto, “es súper importante para una vida saludable pensar de qué personas nos rodeamos, qué características tienen, por qué me rodeo con ellos y qué vínculos son los que quiero construir. Esto es esencial porque podemos estar rodeados de muchas personas pero sentirnos solos”.
“Quienes nos rodean nos vienen a aportar compañía y fortaleza: nos ayudan incluso al concepto que tenemos de nosotros mismos desde el punto de vista del autoestima. Contar con el apoyo de nuestro círculo y de nuestras personas es un refugio importante para atravesar un envejecimiento saludable y para que disminuya el deterioro cognitivo”, concluyó la psicóloga.
Estas visiones profesionales resaltan la importancia de la compañía y dimensionan las consecuencias que puede tener la soledad. Sin ir más lejos, un reciente estudio científico realizado por la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, concluyó que sentirse solo o infeliz es el mayor predictor -incluso más que el tabaquismo- de un declive biológico más rápido.
Infobae