«La idea de que somos ‘la generación de cristal’ marca muchos prejuicios»

El concepto de «generación de cristal» para referirse a la juventud esconde prejuicios y se centra en una mirada «adultocéntrica», dijeron a Télam jóvenes que destacaron su «sensibilidad para buscar transformar realidades» y la importancia de sus voces»en los procesos de tomas de decisiones», en el Día Internacional de la Juventud.

«La idea de que les jóvenes de hoy son frágiles o de que somos ‘la generación de cristal’ marca muchos de los prejuicios hacia la juventud. Se generaliza diciendo que todo nos afecta demasiado para de alguna manera postergar o minimizar lo que pensamos y nuestros planteos», dijo a Télam Lucas Grimson, de 21 años, militante del Frente Patria Grande y estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Este año, las Naciones Unidas definió que uno de sus objetivos para celebrar esta fecha es concientizar «sobre ciertas barreras a la solidaridad intergeneracional, en particular la discriminación por edad, que afecta a personas jóvenes y mayores».

En este contexto, jóvenes y especialistas coincidieron en diálogo con Télam que el concepto de «la generación de cristal» les fue impuesto.

«En el último tiempo es evidente que las personas jóvenes compartimos más lo que nos sensibiliza en todos los ámbitos: en casa, en la escuela, la facultad, con nuestros vínculos o en las redes sociales. Mediante el diálogo intercambiamos nuestras emociones y experiencias, y las posibles causas de frustraciones, tristezas o incertidumbres», dijo Justina De Pierris (18), quien desde los 14 años es activista por los derechos humanos en el Grupo de Jóvenes de Amnistía Internacional Argentina.

«A ese ‘aumento de sensibilidad’ -que no es nada más que mostrarnos como realmente somos- se lo ha cargado de una fuerte connotación negativa. Para muchas personas adultas la sensibilidad es sinónimo de debilidad», continuó la estudiante de Ciencia Política y Gobierno en la Universidad Torcuato Di Tella.

«Si los jóvenes compartimos nuestros sentimientos, se suele interpretar como una mayor fragilidad frente a las generaciones anteriores», completó De Pierris, oriunda de La Plata.

Y aseguró: «Nos convirtieron en la ‘generación de cristal’, que tiene ‘menor tolerancia’ a los problemas cotidianos y es ‘excesivamente sensible'».

Para Grimson, esto está directamente vinculado con el «adultocentrismo», una concepción de mundo que potencia los valores de personas adultas por sobre los de los jóvenes.

«Con esas ideas se intenta invalidar nuestros planteos, pero además postergarlos con una generalización de que estaríamos todes desinteresades, que no nos importa nada»,sostuvo.

Telam

 

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