Los nombres de los delanteros xeneixes simbolizan las tribulaciones y avatares del fútbol. Boca llegó a las instancias de los octavos de final gracias a las actuaciones de ellos. Hoy fallaron, pero son cosas del fútbol
El partido fue táctico, se notó desde el primer momento. Corinthians, disminuido su plantel por lesiones, planteó el cotejo con el objetivo de llegar a los penales aupado en la categoría del gigante Casio, su goalkeeper. Y si era posible embocar un gol de contragolpe.
El xeneixe respondió muy bien a ese planteo. El partido se jugó el 80% del cotejo en el campo de los brasileños, y Marcos Rojo se convirtió en el mejor jugador local.
Pero hubo una jugada que cambió todo, el penal que no convirtió Benedetto y fue atajado por Casio. Allí se verificó el planteo del técnico del brasileño, un Casio imbatible que le daba esperanzas para pasar de ronda.
Por el otro lado Boca avanzaba por los laterales, pero no fabricaba el espacio para la puntada final, el tiro directo al arco o el rebote salvador.
Y así se llegó al final. Marcos Rojo abrió el marcador y la esperanza boquense se mantuvo intacta, luego Rossi la mantuvo al atajar su primer penal de la noche (y si, hubo otro que también atajó). Casio también cumplió el detener el suyo, pero los héroes boquenses Villa y Benedetto fallaron. Cuando de convertir era Boca el que pasaba de ronda.
Impensable, pero Boca sumo otra frustración al no llegar a su objetivo MÁXIMO: LA COPA LIBERTADORES DE AMÉRICA