El Ministerio de Educación de Tucumán, a través de la Modalidad de Educación Domiciliaria y Hospitalaria, llevó adelante un emotivo acto en el Hospital Avellaneda, en donde la estudiante Clarita Pacheco pudo realizar su Promesa de Lealtad a la Bandera Nacional.
Clarita es estudiante de 6º grado de la Escuela Dr. Miguel Lillo, y por problemas de salud, permanece internada en el nosocomio desde el pasado abril, en donde recibe educación y contención pedagógica por parte de la Escuela Domiciliaria Elizabeth Kenny.
Todos los días, la profesora María Ester Díaz acompaña a Clarita en su trayectoria educativa, y recibe apoyo de la directora de la Escuela Elizabeth Kenny con extensión Hospitalaria, Magdalena Cantos; y de la maestra de apoyo del equipo de trayectorias escolares, Alejandra Palacios.
Es muy importante para nosotros que la alumna, que no ha podido asistir a la escuela para el acto, pueda tener el propio. Como nos pide el ministro Juan Pablo Lichtmajer, estamos cerca de todos los alumnos para brindarles el derecho a la Educación. Quiero destacar el trabajo que llevan adelante nuestras docentes, no es sencillo ejercer la docencia en estos contextos», sintetizó la referente pedagógica de la Modalidad Hospitalaria y Domiciliaria, María Julia Sánchez.
A su turno, Magdalena Cantos, comentó: «nuestra escuela tiene un convenio y trabajamos en los hospitales con niños en situación de enfermedad. Clarita Pacheco permanece internada desde el mes de abril en el hospital y hemos podido atenderla y brindarle el apoyo en cuanto a la educación articulando con su escuela de origen. Garantizarle a Clarita posibilidad de realizar la Promesa de Lealtad a la Bandera es muy importante. Clarita cursa sexto grado y por su situación de salud, no pudo realizarla antes».
«Vengo todos los días a enseñarle a Clarita. Un día me contó que no había prometido Lealtad a la Bandera y que su hermanito lo hizo la semana pasada. Entonces, con ayuda de todos los profesionales, comenzamos a trabajar para que ella pueda hablar. Clarita hoy está feliz y entusiasmada. Educar es un hospital es difícil porque los niños muchas veces tienen dolor, y tenemos que motivarlos e incentivarlos a que no bajen los brazos», agregó María Ester Díaz.