¿Por qué nos cuesta tanto hacer lo que sabemos que tenemos que hacer? Desde hace muchos años nos repiten hasta la saciedad que el deporte es salud, que te alarga la vida, que protege y cuida tu sistema cardiovascular, respiratorio, inmunológico, protege las funciones cognitivas, que previene muchas enfermedades y hasta el deterioro cognitivo, que nos hace sentir bien, nos mantiene en forma, mejora nuestra autoestima, nos ayuda a pensar mejor, genera neurogénesis, nos relaja, mejora la calidad del sueño… y a pesar de ser una de las actividades más saludables del mundo mundial, nos cuesta comprometernos con ella.
¿Qué pasa con la actividad física? Que no le encuentras hueco, que te da pereza, que no te gusta, que no la priorizas, que te cansa, que no te organizas… Puede que la práctica continuada de ejercicio sea de las actividades que más excusas ha suscitado a lo largo de la historia. Es de esas actividades que muchas personas tienen siempre en su lista de “pendientes”. ¿Por qué nos cuesta tanto incorporarla a nuestros hábitos de vida? La respuesta suele ser la falta de motivación o, mejor dicho, la falta de sentido. Motivación no solo es desear hacer algo. Es encontrar el empuje que te lleve a materializar lo que deseas, algo que te movilice.
Deseo con estos consejos inspirarte para empezar y mantener tu práctica deportiva:
Invierte tiempo en probar distintas actividades
A veces escuchamos la expresión “hacer deporte”, y si eres de las personas que de adolescente odiaban la asignatura de actividad física, se te pondrán los pelos como escarpias solo de verte en chándal de nuevo. Pero la actividad física hoy puede ser muy divertida. Ofrece un montón de alternativas en las que se combinan la música, la coreografía, los deportes de equipo, entrenamientos individuales guiados, nuevos materiales y máquinas que seguro que te harán disfrutar.
Te animo a que visites un gimnasio que ofrezca clases guiadas de todo tipo, que pruebes y que le des una oportunidad. Entra en alguna clase en las que se trabaja la fuerza, verás que es muy divertida. El deporte no solo es correr y nadar. Con toda la variedad que hay, te aseguro de que es muy complicado que no encuentres algo con lo que te diviertas. Si te diviertes, repites. Y si te diviertes mucho, terminas incorporándolo a tus rutinas.
No es estar delgado, es respetar tu cuerpo y mente
Tu cuerpo y tu mente necesitan ser cuidados. Es un acto de respeto hacia ti y hacia tu salud. El ejercicio no es algo para cuando tus hijos sean más independientes, para cuando te sobre tiempo o para cuando tengas que perder peso. Al igual que te lavas a diario los dientes tres veces al día, o eso espero, lo mismo tienes que hacer con el ejercicio. Es una práctica vital para cuidar de tu salud mental y física. Necesitas incorporar la importancia de esta práctica a tu escala de valores. Entender el por qué es tan importante ayuda a priorizarlo.
El deporte es autocuidado, respeto y salud. Mereces dedicarte ese espacio y tiempo. No es un capricho. Y tampoco pasaría nada si fuera un capricho. Pero no lo es. Realmente es una necesidad. La OMS sugiere que practiquemos entre 6 y 8 horas de ejercicio semanales.
Organízate para que sea una prioridad
Si algo es muy importante en tu vida, tienes que hacerle hueco. Y la práctica de ejercicio lo es. Lo tienes que convertir en una prioridad, agendarlo y no sacrificarlo salvo que tengas algo de extrema importancia y urgencia. Yo tengo anotado el deporte en mi agenda en un color y cada vez que planifico la agenda de trabajo incluyo mis horas de ejercicio, como algo tan vital como el trabajo.
Busca amigos que te acompañen
El compromiso que adquirimos con un grupo de amigos siempre es más fuerte que el que cogemos con nosotros mismos. Recuerdo hace dos años que me quise apuntar a un gimnasio y empecé a preguntar a distintas amigas. Resultó que se apuntaron siete y monté un chat con esas siete personas que entre ellas no se conocían. Ahora somos un grupo de nueve amigas que vamos juntas al gimnasio, que nos reímos lo más grande. El gimnasio se ha ampliado a desayunos maravillosos e incluso estamos planificando un viaje a Berlín juntas. No siempre coincidimos todas, pero siempre hay alguien con quien ir.
Y si no consigues que nadie se apunte contigo, ya te aseguro que, aunque seas poco sociable, en nada estarás haciendo amigos en el gimnasio. Te darás cuenta de que a las clases guiadas y en los mismos horarios siempre suele ir la misma gente y si te apetece, en muy pocas semanas te estarás tomando un café con tus compañeros y motivándoos mutuamente. No, la gente no va a lo suyo. La gente es servicial, amiga, divertida y tiene ganas de lo mismo que tú.