Aloe vera: un tesoro en tu despensa, neceser y botiquín

El aloe vera es una planta extensamente conocida y usada desde la antigüedad. Se le atribuían tantas propiedades y curaba tantas dolencias que se la consideraba ‘casi mágica’. Incluso, se hablaba de ella como la planta de la inmortalidad.

La farmacéutica y nutricionista Sylvia Castro explica que el aloe pertenece a la familia botánica de las liliáceas, con múltiples propiedades y utilizada desde hace siglos en la medicina tradicional china, en el antiguo Egipto o en el imperio Romano.

Esta planta es rica en vitaminas A, C, E, B1, B2 y en multitud de minerales como el calcio, fósforo, potasio, hierro, magnesio, manganeso, cobre, cromo y zinc.

Genoveva Lucena, farmacéutica especializada en dermofarmacia, indica que es un extracto vegetal que se utiliza vía tópica por sus propiedades calmantes, reparadoras e hidratantes. «Su textura gelificada aporta también una sensación de frescor en la piel, por lo que resulta muy efectivo en pieles irritadas que demandan un producto calmante».

No obstante, recuerda que se debe aplicar sobre la piel limpia y seca para su correcta absorción y masajear sin frotar.

La doctora María José Maroto, especialista en Dermatología Estética Integrativa y miembro de Top Doctors, apunta que hay 250 especies de aloes, pero las que se utilizan en medicina y cosmética son ‘Aloe Barbadensis’ y ‘Aloe Arborescensis’. Además, comparte a continuación las propiedades de esta planta.

Propiedades

  • Antiinflamatorias
  • Astringentes
  • Antibacterianas
  • Depurativas
  • Laxantes
  • Antisépticas
  • Analgésicas
  • Antioxidantes
  • Hidratantes
  • Regenerativas
  • Cicatrizantes

¿Se puede ingerir el aloe vera?

La nutricionista María del Mar Silva recuerda que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ya indicó en 2013 que no hay evidencia suficiente para el uso de aloe vera de forma interna, bebido o aportado en alimentos, y que tenga algún efecto beneficioso. «El aloe vera ha mostrado algún beneficio en el tratamiento de psoriasis y sarpullidos cutáneos, pero no para el tratamiento de problemas en la mucosa intestinal».

Por su parte, Castro opina que beber aloe vera no es ni bueno ni malo, «todo depende de la persona y cómo le afecte». No obstante, hay que diferenciar muy bien la parte de la planta que vamos a consumir para conocer sus propiedades y si es adecuado tomarla, «ya que dependiendo de ello sí que puede tener contraindicaciones». Así, debemos distinguir entre el acíbar y el gel.

«El acíbar es una bebida elaborada a partir del zumo de hoja, rico en aloína, un compuesto antracénico de acción laxante cuyo efecto dependerá de la dosis consumida. Su acción se debe a un metabolito que actúa sobre las terminaciones nerviosas del colon estimulando su actividad peristáltica, lo que provocará una aceleración en el tránsito intestinal», expone Castro. Además, inhibe la reabsorción de agua y electrolitos en el intestino grueso.

«El gel o pulpa (la parte transparente de la hoja) contiene mucílagos, una sustancia con acción cicatrizante, antiinflamatoria, inmunomoduladora y antiviral, y acemanano, que estimula las defensas celulares y ayuda a equilibrar los niveles de glucosa, colesterol y ácido úrico en sangre», señala Castro. Gracias a estas propiedades, el gel puede ayudar a reducir la inflamación en enfermedades inflamatorias intestinales.

¿Cuándo está contraindicado beber aloe vera?

Beber aloe –comparte Castro– está contraindicado en caso de alergia a las liliáceas. Además, el acíbar está contraindicado en el embarazo y durante la lactancia, pues puede causar contracciones uterinas, pasar a la leche materna y provocar diarreas y cólicos en el bebé. Durante la menstruación puede provocar hemorragias.

Castro insiste en que tampoco se debe ingerir en casos de obstrucción intestinal, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, en casos de dolor abdominal de origen desconocido y en personas con deshidratación severa, puesto que puede empeorarla. Usado de forma habitual en estreñimiento crónico puede provocar dependencia intestinal.

El gel o pulpa de aloe –añade esta experta– no suele producir reacciones adversas, aunque se recomienda empezar con pequeñas cantidades e ir incrementándolas paulatinamente para comprobar que la persona lo tolera bien.

Por su parte, Silva considera que su uso no puede ser habitual: «Si decidimos tomar algún suplemento de aloe vera tendremos que asegurarnos de que no contiene aloína. Segundo, aquellas personas que estén tomando medicamentos deben evitarlo, ya que puede alterar la acción del medicamento».

En definitiva, es preferible consultar siempre a un médico, nutricionista o farmacéutico si se decide tomar un suplemento para corregir algún problema de salud.

¿En qué casos se recomienda?

Silva señala que el aloe vera contiene unas sustancias llamadas antraquinonas que, en su uso puntual, pueden mejorar el tránsito intestinal, disminuyendo el estreñimiento. «Sin embargo, el consumo habitual de antraquinonas se ha relacionado con un aumento del cáncer de colon, por lo que solo se aconseja su uso muy puntual».

El gel, Castro lo recomienda en casos de hipercolesterolemia, hiperuricemia, hiperglucemia, en curas de detoxificación y en procesos inflamatorios crónicos.

De forma externa, Silva aconseja su uso en casos en los que la piel no esté rota, como pueden ser sarpullidos e irritaciones. «Incluso la aplicación de las hojas en caso de quemadura solar».

Y es que su contenido en vitaminas A y C hace que el tallo pueda utilizarse para reparar la piel: en acné, psoriasis, quemaduras, cicatrices y picaduras. Maroto incluye su uso para la hidratación de la piel y el cabello, «previniendo la formación de arrugas y estrías».

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