La crisis de San Lorenzo se extiende a todos los frentes. Sin respuestas en el juego y eliminado de la Copa de la Liga, brotan cada vez con mayor fuerza los cortocircuitos internos. Así, el Ciclón transita horas cruciales en las que se espera por la definición de Marcelo Tinelli en relación a la licencia que se tomó como presidente (culmina en los próximos días). En principio, se intuye que el empresario y conductor televisivo no volvería a su cargo. Pero el mensaje se demora y el resto de la cúpula directiva busca que la decisión llegue lo antes posible. Con esto, las turbulencias en la política azulgrana podrían provocar cambios en cualquier momento. Tiempos complejos para una institución en la que todo se escapa de las manos.
Después de la última caída contra Patronato, de Paraná, volvieron los insultos y los silbidos. Al igual que una semana atrás ante Platense, los hinchas se agruparon en la salida de la tribuna popular del Nuevo Gasómetro para protestar por el pésimo momento deportivo e institucional que atraviesa el Ciclón, que mañana enfrentará a Newell’s, en Rosario, desde las 20.30.
Tinelli y Matías Lammens fueron los principales apuntados por los cánticos, entre la bronca y los pedidos de renuncias. Inquietos por la situación general, varios hinchas y la oposición ya solicitaron elecciones anticipadas en reiteradas ocasiones. Cabe recordar que la próxima votación de autoridades está prevista para diciembre de 2023.
Las charlas y reuniones se suceden permanentemente en el club tras la partida de la dirección técnica de Pedro Troglio, que apenas dirigió 10 partidos. Una de ellas tras la dura caída contra Patronato, el sábado pasado, en las oficinas del Nuevo Gasómetro.
Allí estuvieron Horacio Arreceygor (el actual presidente), Lammens, Miguel Mastrosimone (secretario) y Claudio Lantarón (tesorero). Una vez más se le pidió a Tinelli una definición sobre su licencia. Mientras, el empresario –ajeno al clima de efervescencia que se vivía en la cancha– subía historias de Instagram con su esposa Guillermina Valdés con motivo del cumpleaños de su hijo menor.
Por eso, la interna recrudece día tras día. “Hay que descomprimir la situación”, se escucha en las entrañas del estadio. Los hinchas, también, demandan por más salidas dentro del oficialismo… Que Tinelli resolviera apartarse sería interpretado como un buen gesto. Creen, que permitiría aliviar algo un escenario de constante agitación.
Los últimos encuentros del Ciclón fueron un auténtico hervidero. El clásico “Jugadores, la c… de su madre, a ver si ponen huevos, que no juegan con nadie”, suena con fuerza durante los partidos. Pero donde se apunta de lleno es a los dirigentes: “La comisión, la comisión, se va a la p… que lo parió”. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” es otro de los cánticos que se escucha desde hace varios meses en el Bajo Flores.
Una conducción que supo rescatar de un pozo a San Lorenzo en el 2012 y además logró la soñada Copa Libertadores en 2014, pero que en los últimos tiempos quedó caracterizada por el desconcierto. Por eso la tensión política de Boedo llegó a su punto más álgido.
Una vez que Tinelli termine de definir su futuro –el presidente no quiere aparecer enmarcado como el único responsable del mal momento que arrastra la entidad–, San Lorenzo se embarcará en lo que viene.
Por ahora, no hay forma de encontrar una dosis de calma que pudiera modificar el clima de tensión en el que está envuelto. En los pasillos, alguien pensó en Mario Husillos como nuevo director deportivo. El ex delantero del Ciclón y Boca reside en España desde hace muchos años y trabajó de forma exitosa al lado de Manuel Pellegrini. ¿Y el próximo entrenador? Nadie tiene una respuesta concreta. En la danza de apellidos se escucha a Juan Ramón Carrasco, Alexander Medina, Mauricio Pellegrino, Néstor Gorosito e inclusive Julio César Falcioni.
Como todo lo que rodea club, no hay certezas. Y frente a esto, surge un detalle que no se puede soslayar: la crisis económica generalizada y el reajuste que atraviesa a San Lorenzo obligará una vez más a agudizar el ingenio. Habrá que ver hasta dónde el Ciclón podrá estirarse en el plano monetario.
Desde hace un tiempo, la dirigencia azulgrana destaca que viene encarando una etapa de reordenamiento económico y financiero. Sin embargo, puertas adentro se sumó otro problema dado que comenzó a mirarse con preocupación el tema de los promedios. En la Copa de la Liga, San Lorenzo suma apenas 11 puntos en las 12 fechas disputadas de la zona 1. Ya no tiene posibilidades de clasificarse para los cuartos de final. De los grandes es el peor ubicado y el único que no participa en una competencia internacional, ni la Copa Libertadores ni la Sudamericana.
Por todo eso se observa con desconfianza un fantasma que ya los acechó en 2012. La preocupación no es inmediata, sino para la temporada 2023. De la forma en la que están planteados hoy los resultados, el conjunto del barrio de Boedo arrancaría en la 22ª posición (en total serán 28 equipos) y cuatro clubes se irían al descenso. La distancia con Platense, el último de los que bajarían a la Primera Nacional, sería de tan solo seis puntos.
Finalmente aparece otro foco de tensión. Uno más, sí. Es que la apuesta del club por Ricardo Centurión, que arribó en enero de este año, tampoco funcionó. El jugador de la carrera ciclotímica y una personalidad que le cerró las mismas puertas que le abrió su talento con la pelota. Al que siempre se le dio una chance más. Lo cierto es que ayer el futbolista faltó al entrenamiento por segundo día consecutivo. En esta ocasión alegó “problemas personales”.
Sin ir más lejos, no fue la única ausencia en las prácticas de Centurión. Y una de ellas había sido la semana pasada. Allí se dijo oficialmente que tenía una lumbalgia (dolor en la espalda), pero muchos dudaron de esa notificación. En los últimos partidos, el volante no viajó a Santa Fe para enfrentar a Unión y el entrenador interino, Fernando Berón, lo mandó al banco contra Patronato. A préstamo hasta diciembre –su pase pertenece a Vélez y a Racing en partes iguales–, nadie descarta que el vínculo sea cortado apenas finalice el presente torneo. Todo muy confuso dentro de un clima hostil. San Lorenzo no tiene paz.