En Rosario se mata por encargo, por venganza, por control del territorio, por droga, mucha o poca. También se mata por caramelos, literalmente.
Hoy lunes, una mujer de 32 años será imputada por la Justicia de la ciudad acusada de haber asesinado de catorce puñaladas a una comerciante de la zona oeste en el presunto marco de un robo. El crimen ocurrió el 14 de abril pasado. En la casa de la supuesta autora se halló una caja que tenía golosinas que habrían sido sustraídas después del ataque.
Rocío Soledad Pinillo fue detenida el jueves pasado en un domicilio de la calle Luis Ouvrard al 7700, en el barrio Godoy. En la misma zona, pero en Rivarola al 6800 –a unas quince cuadras de distancia–, se encuentra el local “El Cotillón” en el que hallaron muerta el 14 de abril pasado a Sandra Verónica López, de 45 años, con puñaladas en los hombros y en la nuca.
La sospechosa, adelantaron fuentes del caso a Infobae, será acusada de homicidio en ocasión de robo, ya que en su domicilio, según presume el fiscal Adrián Spelta, a cargo de la investigación. La hipótesis radica en que las imágenes de cámaras de de la cuadra de Rivarola al 6800 muestran –al momento del crimen– a la sospechosa ingresando al negocio con las manos vacías y luego saliendo con una caja de cartón con mercadería.
El cuerpo de la víctima fue clave para esclarecer cómo ocurrió su muerte. En un primer momento, los familiares pensaban que se había caído sobre una reja que tiene puntas filosas, según comentaron a Telenoche Rosario. E incluso las imágenes del negocio no mostraban con nitidez ningún movimiento sospechoso, ingreso ni egreso de clientes o delincuentes.
Sin embargo, horas después se secuestraron en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez mechones de cabellos largos que estaban entre los dedos de la comerciante fallecida. Ese hallazgo dio un giro, ya que hacía presumir que se intentó defender tomando del pelo de una persona, que suponían mujer.
El interior del local no presentaba un desorden notable y tampoco faltaba dinero de la caja registradora, según los investigadores policiales. Pero al ver en las imágenes que una supuesta clienta salió del lugar con una caja con mercadería al momento del homicidio, se robusteció la hipótesis de un ataque en el marco de un robo.
La Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y el fiscal Spelta lograron dar con Pinillo después de las pericias de ADN sobre el cabello incautado y del análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona. Por las filmaciones que examinaron los investigadores se identificó a la sospechosa. Después, la Brigada de Homicidios de la AIC le hizo un seguimiento en un auto no identificado de la fuerza de seguridad y llegó así a conocer cuál era su domicilio. En la casa de la acusada se secuestraron cinco cuchillos, un Volkswagen Suran gris, un celular, dos pares de zapatillas y prendas de ropa que se sospecha que usó el día del ataque.
El novio de la sospechosa también fue aprehendido en el procedimiento del jueves pasado en barrio Godoy. El hombre, de 38 años, recuperó la libertad y no será imputado por participación secundaria ni encubrimiento.